Fueron tus ojos y tu belleza,
los que me embrujaron,
desde aquel primer día que te ví,
me hechizaste.
Dulce e inocente eres tú,
la octava maravilla del mundo,
eres la hermosura de Venus,
estrella de mi corazón.
Hay un ángel en tu mirada,
mil rayos de sol en tu cabello,
siempre te amaré
como nunca se ha sabido.
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